Hace algunas semanas tuve la oportunidad de entrevistar a tres jóvenes dirigentes de Acción Popular. Todos ellas integrantes del actual Comité Ejecutivo Nacional. Su presencia en este Comité, de alguna manera, es una muestra de la lucha por la renovación en el histórico partido de Paseo Colón. Renovación en términos de edad pero también de género. En este partido fundado en 1956 la presencia de las mujeres es cada vez mayor, tanto en la militancia de base como en la dirigencia; pero para ellas el camino hacia la consolidación de su liderazgo no ha sido fácil de transitar pues ha estado lleno de dificultades y ha sido objeto de una prolongada resistencia. Conversamos sobre este asunto, también sobre los retos que les toca asumir como dirigentes nacionales y la disputa interna que atraviesan los acciopopulistas desde hace más de un año. 

Esta nota debió publicarse en setiembre, sin embargo su salida se retrasó por el nubarrón que se desató luego de que el Jurado Nacional de Elecciones (JNE) emitiera una resolución que anulaba la inscripción del Comité Ejecutivo Nacional del partido en el Registro de Organizaciones Políticas (ROP). Dicha resolución resulta sumamente controversial porque, entre otras cosas, se fundamenta en una serie de graves errores, entre ellos, el sorprendente desconocimiento de las autoridades del JNE sobre la forma en que se eligen los dirigentes en Acción Popular. Los señores del JNE asumen equivocadamente que en el partido los dirigentes se eligen en congresos de delegados. Todo indica que no se tomaron el tiempo de leer el expediente del caso y tampoco los estatutos de Acción Popular que señalan que en las elecciones de dirigentes prevalece la democracia interna en la cual participan todos los militantes bajo la consigna de “un militante un voto”. Tampoco se dieron el trabajo de revisar los informes y las resoluciones de la ONPE que vigiló la elección interna del 23 de agostos de 2015, en la cual fue elegido Rafael Vásquez y el Comité Ejecutivo Nacional del cual forman parte nuestras entrevistadas.
LOS INICIOS Y LAS TRAYECTORIAS PERSONALES

Para estas tres mujeres la militancia acciopopulista es una herencia. En el caso de Diana Morales (39), una limeña de raíces ayacuchanas, su vínculo con el partido se remonta a su abuelo materno que fue testigo de uno de los viajes de Fernando Belaúnde hacia la sierra sur; pero fue su padre quien se hizo dirigente acciopopulista en San Juan de Lurigancho donde formó numerosos comités de base. Además de la trayectoria familiar, la militancia de Diana está marcada por los terribles estragos de la pobreza del interior del país, donde fue testigo de cómo la violencia de la guerra interna se ensañaba con los más débiles, entre ellas las mujeres del campo. Su activismo está marcado por un profundo sentido humanitario que nace de esa dura experiencia y que la llevó finalmente a comprometerse con un proyecto político como el de Acción Popular. Ella se inscribió en el partido hace siete años, y esta es la segunda vez que ocupa la Secretaria Nacional de Comunicaciones que complementa bien con su oficio de Comunicadora especializada en periodismo político.   

Diana Morales, en sus labores en el Congreso

Isabel Sánchez (31) es más antigua en la militancia pues se inscribió hace casi trece años, cuando apenas cumplió la mayoría de edad. También limeña pero con fuertes vínculos con el pueblo de Huaripampa, en el valle del Mantaro, donde crecieron sus padres. Fue su abuelo paterno el primero en convertirse en acciopopulista, luego de conocer Fernando Belaúnde durante el viaje de campaña que éste realizaba por la sierra central en 1962. En aquella ocasión, el fundador del partido se quedó a pernoctar en la casa de la familia. Luego su madre, una maestra de escuela, psicóloga y enfermera, también se hizo acciopopulista participando de manera activa en el comando de educadores del partido. Isabel recuerda a su madre como una militante comprometida, un ejemplo de consecuencia y una inspiración permanente para su propia carrera política; pero su padre, un hombre de izquierda, también ejerció una importante influencia en ella. Antes de convertirse en la Secretaria Nacional de Ideología y Cultura el 2015, Isabel hizo un largo recorrido dirigencial que se inició en la base de La Victoria donde ocupó el cargo de Secretaria de Organización de Juventudes. Luego pasó a la Subsecretaria de Juventudes de Lima Metropolitana, para después ocupar la Secretaria Nacional de Organización de Juventudes. Ha sido candidata del partido a una regiduría por Lima Metropolitana y candidata al Parlamento Andino en las últimas elecciones.

Isabel Sánchez, en uno de los afiches de su campaña.

La historia de María Sotomayor (30) es muy parecida. Esta administradora empresarial, madre de una pequeña niña, comenzó su militancia a los 17 años, siguiendo la trayectoria de su padre, Justo Sotomayor, un militante de larga trayectoria que lo llevó a ocupar cargos dirigenciales primero en La Victoria y luego en La Perla, distrito donde formó la primera base acciopopulista. Su padre ha sido un ejemplo de compromiso y rectitud como militante y dirigente, y fue también quien la empujó primero a postular a la Secretaria de Juventudes de La Perla y el 2014 a convertirse en una de las candidatas de la lista al Consejo Regional del Callao. Desde el 2015 forma parte del Comité Ejecutivo Nacional, donde ocupa el cargo de Secretaria Nacional de Derechos Humanos y de Protección del Patrimonio Nacional. María es además la Administradora del partido.

María Sotomayor en las campañas solidarias de Acción Popular en el Callao

NUNCA HA SIDO FÁCIL PARA LAS MUJERES JÓVENES

Las tres están de acuerdo en que prevalecen diversas formas de discriminación hacia las mujeres jóvenes entre los dirigentes de mayor edad. Para María, aquella discriminación es más intensa en los círculos de las dirigencias nacionales, es ese espacio a los jóvenes casi no se les escucha o no se les toma en serio. Mientras que en el ámbito distrital esta discriminación apenas se percibe porque existe un espíritu más abierto e igualitario. 

Isabel dice que a los jóvenes básicamente se les ha utilizado como masa, para que aparezcan en las marchas. Sus intervenciones en los debates no eran tomados en cuenta y sus propuestas eran desechadas, una situación que era incómoda para muchas mujeres jóvenes. Esto llevó a algunas de ellas se alejaran del activismo partidario, como Gladys Rojas que llegó a ser Secretaria de Juventudes de Lima el año 2007, a quien Isabel recuerda como un buen cuadro, una lideresa con mucha iniciativa y potencial, que no estaba dispuesta a dejarse manipular ni a convertirse en una dirigente de adorno, una posición que le costó la vacancia en el cargo. Luego vendrían una serie de maltratos al grupo de mujeres que mantuvo su lealtad a Gladys Rojas por parte de los dirigentes mayores, pero también de los jóvenes dirigentes varones entre quienes el machismo está muy arraigado.

Una aspiración común entre ellas es que el partido pueda tener en el corto plazo a una mujer en la Secretaria Nacional así como una candidata presidencial. Dicen que Acción Popular junto con el APRA, los partidos históricos del país, mantienen cierto conservadurismo en su estructura dirigencial que no ha permitido que una mujer se convierta en la máxima lideresa de estas agrupaciones. Sienten que incluso el PPC, un partido con una tradición más conservadora y de derecha, ha tenido en Lourdes Flores a un referente nacional de las mujeres en la política. La izquierda también le lleva una enorme ventaja en este terreno a Acción Popular, no sólo tienen en el liderazgo de Verónika Mendoza al rostro de una renovación sin precedentes en la política, por ser joven, mujer y provinciana, sino además porque ella viene acompañada de otras mujeres igualmente jóvenes y con presencia y voz propia en la política nacional.

Isabel sugiere que una de las razones por las cuales en Acción Popular las mujeres todavía no han logrado hacerse de una cuota importante de poder, se encuentra en la propia historia del partido. Este, de acuerdo a su historia oficial, fue fundado sólo por varones. Se ignora si en el grupo fundacional hubo al menos una mujer, y si la hubo su voz ha sido acallada. Pero al mismo tiempo dice que las propias mujeres no han sido capaces de convertirse en alternativas de liderazgo lo suficientemente fuerte como para darle pelea a los varones. María añade que a las mujeres dirigentes siempre se les exige más, se les tolera menos los errores, se las evalúa permanentemente. Los varones, dice, no sufren de este nivel de vigilancia, por eso mismo muchos de ellos han ocupado cargos para los cuales realmente no estaban preparados, lo que ha sido fatal para el partido.

QUÉ MUJERES ESTAN LISTAS PARA ASUMIR EL RETO

Para que el liderazgo de las mujeres sea visible, dicen, es necesario que los dirigentes varones, pero también toda la militancia, cambien de actitud y comiencen a pensar en términos de igualdad el papel político de varones y mujeres. A las mujeres les corresponde ser las primeras en asumir y promover esa posición, dejar de esperanzarse en las cuotas de género y más bien pelear de igual a igual el liderazgo en el partido.  

Para María existen algunos rostros femeninos que podrían dar esa pelea en el futuro cercano. Una de ellas es Carmen Aguilar, la actual Secretaria Nacional de la Mujer. Carmen, economista y administradora, es la dirigente de mayor presencia en todo el país, la más conocida por su incansable activismo, tiene muchos años en la militancia y es una de las que más conoce y defiende la ideología del partido. Isabel piensa que Janet Cubas es otra lideresa de gran proyección. Ella es una reconocida dirigente de Lambayeque, una contadora con experiencia en la gestión pública, con un estilo que se caracteriza por su vehemencia y su postura crítica.

Carmen Aguilar en una de las actividades de la Secretaria Nacional de la Mujer en el local de Paseo Colón

Janet Cubas, al centro y en traje blanco, durante una entrevista radial

También existen numerosas dirigentes de mucha experiencia en todos los niveles, en el caso de Lima se pueden mencionar a  Eda Castillo y Martha García. En las regiones todavía se están consolidando algunos liderazgos femeninos. En ese escenario, Isabel, María y Diana, junto a otras jóvenes dirigentes como Gabriela Ríos, la actual Subsecretaria Nacional de Juventudes, muestran una madurez política y una fuerte voluntad de asumir el reto de dirigir las riendas del partido en el futuro. Todas ellas además están construyendo sólidas carreras profesionales y afirman que pueden competir sin problemas con sus correligionarios varones. Sin embargo, concuerdan que no se trata de convertir al partido en un espacio de competencia entre mujeres y varones, sino de construir una propuesta de gobierno partidario verdaderamente democrático, compuesto de manera equitativa por mujeres y varones de distintas generaciones.

UNA VIEJA DISPUTA INTERNA QUE ESPANTA A LOS JÓVENES

Una de las cosas que llamó la atención de Isabel cuando se incorporó a Acción Popular fue la presencia de varios militantes jóvenes, lo que contrastaba con la percepción que la gente tenía sobre el partido, al que creían un cenáculo de ancianos. Pero Diana advierte que la presencia de los jóvenes no ha supuesto un proceso claro de renovación, debido a que los viejos dirigentes no construyeron una relación más horizontal con ellos, no apostaron por la formación sistemática de nuevos cuadros y descuidaron incluso la enseñanza de la ideología y la discusión para ajustarla a los nuevos tiempos.

Más aún, los antiguos dirigentes fueron incapaces de renunciar a sus viejas rencillas por el control del partido, una permanente disputa que trajo consigo el desencanto y el alejamiento de numerosos cuadros juveniles. Quienes persistieron y en los últimos años comenzaron a compartir ciertas cuotas de poder, lo hicieron en parte gracias a que se articularon a alguno de los círculos de los dirigentes antiguos y en ese sentido comenzaron a recrear las viejas disputas. Así, los nuevos cuadros no han sido capaces de aglutinarse y construir un claro discurso por la renovación del partido y el cambio generacional de los liderazgos.

En este escenario poco alentador, la presencia de Valentín Paniagua representó un aire fresco y de verdadera apertura durante algunos años. Según Diana, para muchos jóvenes él fue una demostración de que la política podía ser una actividad de personas honestas, con principios y valores democráticos profundamente arraigados. Isabel dice que la figura de Paniagua, a quien conoció el año 2005, fue fundamental para que no renuncie al partido como muchos jóvenes de su generación. Siguiéndolo a él, participó por primera vez en una campaña presidencial, la del 2006, la cual marcó en gran parte el resto de su trayectoria como militante. Él fue uno de los pocos dirigentes históricos que tuvo la voluntad de quebrar el statu quo del partido, y aunque no tuvo éxito en ello, esa posición le valió una serie de golpes que afectaron su gestión como Secretario General. Pese a ello abogó por el consenso y la unidad acciopopulista hasta el último día de su vida.

Valentín Paniagua rodeado por jóvenes militantes del partido.

Los golpes a la gestión de Valentín Panigua se asemejan a los golpes de quienes ahora desconocen la elección del Comité Ejecutivo Nacional liderado por Rafael Vásquez. Los rostros más visibles de ese grupo, como señaló en una reciente entrevista radial Bertha Arroyo, la Vicepresidenta del partido, son el anterior SGN Alan Kessel, Edmundo del Águila Morote y los congresistas García Belaúnde y del Águila Herrera. Para María, si bien en términos individuales ellos han tenido un innegable éxito político y gozan de una enorme popularidad entre los militantes, su desempeño como dirigentes del partido ha sido bastante pobre. Acción Popular, dice, les ha dado mucho a ellos y a cambio casi nada ha recibido. Los cuatro están ahora inmersos en un tenaz enfrentamiento con Mesías Guevara, el presidente del partido, que respalda al actual CEN de Rafael Vásquez. La militancia ha quedado atrapada en medio de esos dos fuegos. Incluso la candidatura y la campaña electoral de Alfredo Barnechea se vieron afectadas por esa disputa. Sin embargo, el propio Barnechea tampoco ha tenido voluntad ni iniciativa algunas para intentar mediar en aquella disputa y promover la unidad del partido.

A comienzos de año, aquel grupo promovió una demanda ante el Jurado Nacional de Elecciones, para que esta entidad elimine del Registro de Organizaciones Políticas (ROP) la inscripción de Rafael Vásquez como SGN de Acción Popular y de todos su Comité Ejecutivo Nacional. En setiembre el JNE emitió una resolución que aprobaba dicha demanda, sin embargo aquella resolución estaba plagada de errores que hacían cuestionable su legalidad y su legitimidad. El mayor error de los jueces tal y como se consigna en su resolución, fue asumir que en Acción Popular los dirigentes nacionales se eligen en congresos de delegados, lo que demuestra su total desconocimiento de las prácticas democráticas del partido y de sus estatutos, ya que los dirigentes son elegidos en procesos electorales universales, en los cuales los militantes de todo el país emiten de manera voluntaria su voto a favor de sus candidatos. Además en la elección de Rafael Vásquez participaron los funcionarios de la ONPE. Por lo tanto, sólo este error bastaría para anular la resolución del JNE, como ha sido solicitado por el abogado del CEN.

Para estas tres mujeres lo que está pasando en el partido es lamentable. La demanda ante el JNE no sólo afecta a Rafael Vásquez y al Comité Ejecutivo Nacional, sino también pone en cuestionamiento la elección de los cientos de dirigentes distritales y provinciales del país. A eso se suma el hecho de que la anterior gestión conducida por Alan Kessel no hizo entrega de más de 100 mil soles que le pertenecen al partido, con lo cual se querido limitar la capacidad de acción del CEN de Rafael Vásquez. Ellas interpretan el proceder del Alan Kessel y compañía, como un burdo “golpe de estado”, un nefasto ataque a la institucionalidad y a la democracia interna del partido, con el único afán de imponer a la fuerza los intereses de una cúpula.

¿CUÁL ES EL FUTURO DE ACCIÓN POPULAR?

Dicen que el futuro inmediato del partido depende de la resolución final del JNE; pero más allá de lo que se concluya en él, piensan que el daño ya está hecho. Aquella demanda y todo el proceder de quienes consideran golpistas, ha quebrantado todo lo que buenamente se había avanzado en términos de fortalecimiento de la democracia interna y ha llevado a un enfrentamiento sin precedentes a sus militantes. Nunca antes Acción Popular había estado tan dividido. Así, el auto-proclamado orgullosamente partido de la hermandad, en estos últimos tiempos no se caracteriza en absoluto por eso.  

Sin embargo, estas mujeres no se dejan dominar por el pesimismo y el desencanto, de alguna manera saben que aunque no les guste todo esto es parte del juego político, su peor cara desde luego; por lo tanto no están dispuestas a dejar de pelear y defender sus propios ideales democráticos que se fundan en la inacabable lucha por la justicia social, uno de los principios sobre los cuales se constituyó Acción Popular. Anhelan un partido institucionalmente sólido, donde el respeto a la voluntad de los militantes y los procedimientos de la democracia interna sean las únicas vías para construir los nuevos liderazgos y la renovación del partido. Esperan además que en el futuro más cercano una mujer pueda convertirse en la conductora del partido, pero no porque ellas lo sean, sino porque de alguna manera eso significaría un paso más en el difícil camino por la democratización real de un partido que se considera asimismo el más democrático de todos, aunque por ahora esto no pueda sostenerse con convicción.