Un Comité Electoral tiene como principal objetivo generar confianza, y eso solamente se consigue con acciones que demuestren transparencia. Me preocupa el comportamiento del actual Comité Electoral Nacional, que durante su corto mandato ha demostrado contradicción en su actuar. Por ejemplo, comenzó realizando asambleas para elegir a los Comités Electorales Departamentales, a la mitad del proceso salieron a decir que habiendo dirigencias se debían realizar Convenciones Departamentales.

Otro grave error ha sido traer las convenciones Departamentales de Lima Provincias, el Callao y la de Piura al local central de Paseo Colón, esa es una clara muestra de falta de seriedad, alimentando el centralismo que tanto nos ha costado ir dejando en el pasado. Por último, se postergó el proceso electoral que estaba programado para el 11 de agosto. 

Para agravar más todavía la situación y las sospechas, ahora último, por alguna extraña coincidencia se anuncia la convocatoria para una nueva fecha, justo en el momento en el cual el candidato oficialista inicia su campaña electoral interna. Tantos cambios de rumbo y cuestionables decisiones, hace rato que ameritan la vacancia de este Comité de acuerdo al artículo 53 y 54 del estatuto del partido.

Ha distraído la agenda partidaria, la militancia sigue enfocada en temas internos cuando por estas fechas ya deberíamos estar planificando las elecciones Presidenciales y al Congreso de la República. Definitivamente es una mala señal que un Comité Electoral no respete su propio cronograma y que además no responda los documentos que han cursado militantes y pre candidatos, denunciando numerosas irregularidades, lo cual parece copiar la práctica de silencio que caracterizó al nefasto ex Comité Nacional Electoral de Uriel García. 

Esto pone nuevamente en agenda, la urgencia de impulsar la reforma política nacional, para que sea la ONPE quien se encargue de llevar a cabo las elecciones internas de los partidos. Los comités electorales, como el de Acción Popular, no solo han perdido la confianza de los militantes sino también toda legitimidad, que es aún más grave.

No podría hablar por toda la militancia, pero un gran sector de ellos tienen sentimientos encontrados. Por un lado, les entusiasma el auge que viene teniendo el partido frente a la ciudadanía. Ello no es casualidad, Acción Popular es el único partido político que en los últimos 60 años ha tenido dos presidentes de la República libres de cualquier denuncia sobre actos de corrupción, ello es un activo muy fuerte para el partido, aunque les duela profundamente a nuestros adversarios políticos.  

Por otro lado, sin embargo, veo desencanto frente a las prácticas poco transparentes y democráticas de un sector de veteranos dirigentes afincados en Lima, para perpetuarse en el control del partido, utilizando para eso muchos recursos, generando clientelas y operadores a sueldo. Lamentablemente, a ese juego sucio se han sumado algunos alcaldes y congresistas, que afanados en mantener sus cuotas de poder dentro del partido con miras a las elecciones presidenciales, descuidan lo que para ellos debería ser lo más urgente: atender a sus distritos y regiones que los eligieron. Sus afanes personalistas, terminaran afectando el prestigio del partido, por eso creo que deberían dar un paso al costado y no intervenir en estas elecciones.

Si le conviene al país, pero no a muchos congresistas que han demostrado pensar más en la quincena y en la inmunidad, en vez de poner primero a sus electores y al Perú. El Fujimorismo, que se resiste a esta salida democrática, tiene una agenda contraria a la del país y a su desarrollo. 

Yo siento que el día que hagamos una gran revolución de las ideas, cuando la gente deje de creer a ciegas todas las cosas que se dicen en los medios, y que en vez de ello lo reemplace por la lectura y el análisis, podrá cuestionar de manera informada lo que sucede en la sociedad. Será la única manera de contar con una ciudadanía mejor preparada para elegir mejores gobernantes y de jubilar políticamente a quienes le robaron y engañaron en cada elección.